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EUTANASIA

La palabra eutanasia procede del griego eu= bueno y thanatos= muerte. La utilización de este término, “buena muerte”, ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de una persona enferma, a petición suya o de un tercero, con el fin de minimizar el sufrimiento (2)

La Real Academia de la Lengua Española define la eutanasia como "acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte, con su consentimiento o sin él "; o, como "muerte sin sufrimiento físico'". De un modo más técnico, también se la ha definido como "la muerte indolora infligida a una persona humana, consciente o no, que sufre abundantemente a causa de enfermedades graves e incurables o por su condición de disminuido, sean estas dolencias congénitas o adquiridas, llevada a cabo de manera deliberada por el personal sanitario o al menos con su ayuda, mediante fármacos o con la suspensión de curas vitales ordinarias, porque se considera irracional que prosiga una vida que, en tales condiciones, se valora como ya no digna de ser vivida. Por otra parte, la Declaración 'Iura et Bona' de la Iglesia Católica sobre la eutanasia la define como "una acción o una omisión que por su naturaleza, o en la intención, causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor"(3).

En síntesis, en el uso actual del término, podrían reconocerse las siguientes condiciones, que debieran ser copulativas:

a) Presencia en determinada persona de una enfermedad incurable, que le provoca un dolor o sufrimiento que ella, u otro, considera intolerable;

b) Ejecución de un acto humano deliberado, cuyo objeto es acabar con la vida de otra persona; y

c) Motivación originada sea en la compasión por el otro, o en el valor que se le adjudica a esa vida en términos de costo-beneficio, no justificando el que ella sea vivida.

Todo lo anterior previa voluntad expresa del sujeto o de su representante. Sin embargo, existe una controversia sobre si es necesario que éste lo solicite explícitamente (3).

En la actualidad la discusión sobre la eutanasia ha alcanzado connotación pública, lo que parece obedecer a diversos factores. El desarrollo tecnológico ha posibilitado la recuperación de enfermos y ha permitido prolongar la vida de otros, pero con elevados costos personales, económicos y sociales. el uso indiscriminado de estas tecnologías ha conducido también al llamado "ensañamiento terapéutico" u "obstinación terapéutica", que, por tratar de conservar la vida a toda costa, llega a ser desmesurado. (1)

Precisado el significado del término eutanasia, conviene ahora examinar algunas situaciones concretas, surgidas desde la medicina, que han favorecido la aparición de demandas sociales en pro de legitimar las acciones eutanásicas. (3)

El dolor físico y el sufrimiento concomitante podrían llegar a ser subjetivamente intolerables para quien lo padece. Si bien el paciente solicita que tal dolor o sufrimiento desaparezca, se atenúe o vuelva soportable, algunas veces la muerte pudiese visualizarse como una solución definitiva al problema. (3)

El desarrollo de la investigación médica y la tecnología, con su positivo aporte tanto al diagnóstico como a la terapia de las enfermedades, ha traído anexo un incremento de los costos de la atención en salud, tanto para prestadores como beneficiarios. (3)

Los cambios estructurales de la familia y de las características de las viviendas, han hecho disminuir los espacios y condiciones destinados a mantener y cuidar los pacientes crónicos incapacitados. Estos elementos, junto con el incremento del costo de la vida, han conducido a que, quienes carecen del sostén de su familia más inmediata, queden sujetos sólo al apoyo que les puedan brindar los sistemas de salud, especialmente en el ámbito hospitalario. Ello hace recaer sobre el sistema sanitario y su personal el peso de la falta de soporte social. Ocasionalmente los propios enfermos expresan su temor al abandono afectivo y social, temiendo ser una carga excesiva para los suyos, viendo con desesperanza que sólo la muerte podría liberarlos de una condición penosa. Ante un paciente terminal en el que, junto a sus molestias y costos personales, se añaden los de la familia y/o del sistema de salud, algunos se preguntan si no sería mejor poner término a la situación acelerando su deceso. (3)

Hay pacientes no terminales aquejados de enfermedades que, en el mediano plazo, tienen un mal pronóstico o son progresivas, sin cura posible en la actualidad y con probabilidad significativa de evolucionar a un deterioro grave de la condición física o mental. Ello implica un compromiso de su calidad de vida, que perciben como un menoscabo de su dignidad personal. Las penurias que, en estos casos, se le impone a la familia y/o la sociedad, son también invocadas por algunos como razón suficiente para solicitar la muerte de esos individuos. (3)

Las acciones específicas que lleva a cabo un médico clínico son diagnosticar, tratar y formular el pronóstico de la enfermedad que padece una persona. Además, en su función educadora, aconseja al paciente sobre las medidas preventivas que impidan o aminoren la posibilidad de recaer en su enfermedad. Así, toda acción que emprende el médico para lograr los propósitos señalados es un acto médico.

El acto médico es un acto libre llevado a cabo por un profesional que tiene como campo de responsabilidad la salud del paciente que está bajo su cuidado. Un médico es requerido por un paciente que desea sanar o aliviar y que necesita de su apoyo para recuperar su salud, lo que el médico intentará lograr con los medios a su alcance.

La Eutanasia no persigue diagnosticar, tratar ni prevenir una enfermedad, sino que es una acción ejecutada con el propósito intencionado de causar la muerte de una persona para evitar el dolor y/o sufrimiento, lo que excede la naturaleza y objetivos de un acto médico.

Así, el profesional que interviene en la eutanasia no está realizando una acción propia de su profesión, y contradice los fundamentos del saber médico y los valores del Juramento Hipocrático. Lo cierto es que no suele ser el médico sino la familia, el propio paciente o la presión de la sociedad expresada, de diversas maneras, los que plantean la aplicación de la eutanasia.

La situación en Holanda

Desde 1994, año en que se establecieron las condiciones para no iniciar una causa legal contra un médico que realizaba la eutanasia, hasta el año 2002, año en que se establece que la eutanasia y el suicidio asistido son legales, Vega y Ortega, contrariamente a van der Heide y cols, han podido demostrar un incremento sostenido de muertes intencionales en el contexto médico.

Por otra parte, aún cuando sólo puede solicitar la eutanasia una persona competente mayor de 16 años, diversas consideraciones han conducido en la práctica a terminar con la vida de recién nacidos. Es así como un grupo de médicos y funcionarios judiciales desarrollaron el Protocolo Groningen, que establece requisitos para la eutanasia en recién nacidos, soslayando con medidas administrativas el mandato legal.

Los datos señalados permiten concluir que en la situación holandesa se ha llegado a una legitimación jurídica de una conducta observada, que se ha ido haciendo cada vez más frecuente. En resumen, todo indica que aquí se ha expresado el concepto denominado "pendiente resbaladiza".

Adicionalmente, y en contraste con lo anterior, ha habido un progresivo (73% de aumento) y significativo rechazo de los médicos a la puesta en práctica de acciones destinadas a terminar con la vida de un paciente sin explícita solicitud..

El derecho a la vida es universalmente reconocido, de lo que deriva la prohibición que ésta sea quitada arbitrariamente por terceros, aún cuando se cuente con la anuencia del interesado. La experiencia de aquellos países que han legalizado la eutanasia muestra que esta práctica se extiende a situaciones en que ya no es el paciente quien la pide, sino que la hace la familia o los propios profesionales de la salud, al considerar ellos que el paciente está en una condición de vida no digna. También, se intenta fundamentar la eutanasia con la fórmula: "el derecho a vivir con dignidad", de controvertida interpretación.

En rigor, esta expresión no ha de entenderse como una formulación de un derecho en el sentido preciso del ordenamiento jurídico sino, más bien, como una exigencia personal referida al universo ético.

¿ Consideras que la Eutanasia, debe ser aplicada en todas las personas?

Gracias por comentarnos!!

BIBLIOGRAFIA:

1. Eutanasia y acto médico. Rev. méd. Chile [Internet]. 2011 Mayo: 139( 5 ): 642-654. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872011000500013&lng=es. http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872011000500013.

2. La Eutanasia: Perspectiva ética, jurídica y medica. (Internet). Disponible en: http://eprints.ucm.es/11693/1/La_Eutanasia_perspectiva_etica_juridica_y_medica.pdf

3. Creagh Peña Mabel. Dilema ético de la eutanasia. Rev. cub. salud pública [Internet]. 2012 Mar; 38( 1 ): 150-155. Available from: http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662012000100014&lng=en. http://dx.doi.org/10.1590/S0864-34662012000100014.


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